Nota / 82
El clavo de olor posee propiedades que ayudan a calmar el dolor, especialmente en los dientes y encías, así como molestias musculares y articulares cuando se aplica diluido. Su efecto antiséptico y antimicrobiano contribuye a mantener la higiene bucal, previniendo infecciones y reduciendo el mal aliento. Además, facilita la digestión, aliviando gases, cólicos y náuseas, y estimula la secreción gástrica para un proceso digestivo más ligero.
En el sistema respiratorio, el clavo ayuda a fluidificar la mucosidad, calmando la tos y suavizando la garganta irritada. Su actividad antiinflamatoria apoya la reducción de inflamaciones leves, mientras que su riqueza en antioxidantes protege las células del daño oxidativo. Estas cualidades lo convierten en un recurso natural versátil para favorecer la sensación de bienestar general y apoyar funciones esenciales del cuerpo de manera suave y equilibrada.
Ingredientes
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1 taza de agua (250 ml)
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2-3 clavos de olor enteros
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1 rodaja de jengibre fresco (opcional, para potenciar efecto digestivo)
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Miel o stevia al gusto (opcional)
Preparación
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Llevar el agua a ebullición en un recipiente.
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Añadir los clavos de olor y el jengibre.
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Hervir a fuego lento 2-3 minutos para liberar los aceites esenciales.
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Retirar del fuego, tapar y dejar reposar 5-7 minutos.
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Colar la infusión y endulzar con miel si se desea.
Modo de uso
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Beber una taza tibia después de comidas pesadas para favorecer la digestión y reducir gases o hinchazón.
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Puede tomarse lentamente en sorbos pequeños cuando se presenta malestar estomacal o sensación de pesadez.
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Inhalar ligeramente el vapor mientras se toma la infusión puede aliviar irritación de garganta o congestión leve.Precauciones
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No exceder 2 tazas al día.
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Evitar el uso del aceite esencial puro sin diluir.
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No recomendado en embarazadas, lactantes o niños pequeños sin supervisión profesional.
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