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El anís (Pimpinella anisum) es una planta de la familia de las umbelíferas, apreciada desde la antigüedad por su aroma dulce y su sabor similar al regaliz. Originario de la cuenca oriental del Mediterráneo y de Asia menor, su uso se remonta a las civilizaciones egipcia, griega y romana, que lo empleaban tanto en la alimentación como para favorecer el bienestar del cuerpo.
Con el tiempo, su cultivo se extendió por Europa y hoy se encuentra en muchas regiones templadas del mundo.
De esta planta se aprovechan principalmente sus semillas, pequeñas y verdosas, donde se concentran aceites esenciales como el anetol, responsable de su fragancia característica y de gran parte de sus beneficios. Preparado en infusiones, se utiliza para favorecer la digestión, aliviar gases, reducir cólicos y estimular un proceso digestivo más ligero y natural. También se le reconoce la capacidad de relajar espasmos estomacales y calmar la hinchazón abdominal.
En el sistema respiratorio actúa como un aliado suave contra la tos y la congestión, ayudando a fluidificar la mucosidad y facilitando su expulsión. Su acción calmante se extiende a estados de nerviosismo leve o dificultad para dormir, donde puede contribuir a la relajación. En el ámbito femenino se ha empleado tradicionalmente para aliviar molestias menstruales y, en algunos casos, para favorecer la producción de leche materna.
Además de estos usos, sus compuestos poseen efectos antioxidantes y una ligera acción contra bacterias y hongos, lo que refuerza su valor como recurso natural. Su consumo habitual se realiza en infusiones, condimentos para panes y dulces, o como base aromática en licores tradicionales, siempre con la precaución de evitar excesos en el uso de su aceite esencial, ya que en altas dosis puede resultar tóxico.
Infusión de anís para favorecer la digestión y aliviar gases
Ingredientes
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1 taza de agua (250 ml)
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1 cucharadita de semillas de anís verde (Pimpinella anisum)
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Miel o stevia (opcional)
Preparación
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Coloca el agua en un recipiente y lleva a ebullición.
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Añade las semillas de anís y deja hervir a fuego lento durante 1 minuto.
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Retira del calor, tapa y deja reposar entre 8 y 10 minutos para que los aceites esenciales se liberen.
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Cuela la preparación y endulza con un poco de miel si lo deseas.
Modo de uso tradicional
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Tomar una taza tibia después de comidas pesadas para ayudar al estómago a trabajar con mayor ligereza.
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Puede beberse lentamente en sorbos pequeños cuando se presenta hinchazón o sensación de gases.
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En casos de tos suave, beber caliente y respirar el vapor puede contribuir a aliviar la irritación de garganta.
Nota de precaución: no exceder de 2 a 3 tazas al día. No se recomienda el aceite esencial puro sin supervisión profesional, ni en embarazadas o lactantes salvo indicación experta.




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