Nota / 22
Valeriana de la familia Valeriana (Valerianaceae)
La Valeriana officinalis L. es una planta que crece de forma generosa en suelos húmedos y ricos, perteneciente a la familia de las valerianáceas. Desde tiempos antiguos, se ha valorado especialmente por la energía contenida en sus partes subterráneas —rizomas, raíces y estolones—, donde concentra su potencial terapéutico más profundo.
Estos componentes se recolectan cuidadosamente, en sincronía con los ritmos de la tierra y las estaciones, para conservar intacta su capacidad de acción. Tradicionalmente, se ha empleado para acompañar procesos relacionados con la inquietud del sistema nervioso, ayudando a calmar la ansiedad, suavizar tensiones internas y favorecer un descanso reparador.
Su reconocimiento está respaldado no solo por la sabiduría ancestral, sino también por su inclusión en diversas farmacopeas, lo que reafirma su valor dentro de prácticas que respetan tanto al cuerpo como a la naturaleza de donde proviene. La valeriana actúa con sutileza, sosteniendo desde lo profundo sin imponer, sino guiando al organismo hacia un estado de mayor equilibrio y quietud.
La raíz de valeriana posee una acción suave pero profunda sobre el sistema nervioso, brindando una sensación de calma natural que ayuda a disminuir la agitación mental y emocional. Su uso tradicional se centra en momentos de inquietud, nerviosismo o dificultad para conciliar el sueño, facilitando un descanso más sereno y reparador sin forzar los procesos naturales del cuerpo.
Además de su efecto tranquilizante, se le reconocen propiedades que alivian tensiones musculares y espasmos, actuando como un relajante físico que acompaña tanto en estados de estrés como en molestias corporales asociadas a la tensión. Su acción armónica permite al organismo entrar en un estado de reposo sin generar dependencia ni alterar los ciclos vitales, siendo una aliada confiable para quienes buscan reequilibrar cuerpo y mente desde una conexión más respetuosa con la naturaleza.
La raíz de valeriana puede ser preparada en infusión o utilizada en forma de extracto seco o tintura, siempre respetando las proporciones que favorecen su acción natural sin alterar la armonía del organismo. En adultos, se sugiere entre 2 y 3 gramos de la planta en infusión, o su equivalente en extracto seco, o bien entre 1 y 3 ml de tintura (preparada en una proporción 1:5 con etanol al 70%).
En situaciones de tensión emocional, agitación o irritabilidad, puede tomarse hasta tres veces al día, distribuyendo las tomas según las necesidades del momento. Si el propósito es facilitar el descanso nocturno, se recomienda una dosis más reducida una o dos horas antes de dormir; y, si fuera necesario, una dosis adicional al acostarse.
En el caso de niñas y niños de entre 3 y 12 años, su uso debe ser guiado cuidadosamente por un profesional, ajustando la dosis en relación con el peso corporal y preferiblemente en infusión o extracto seco, formas más delicadas y fáciles de asimilar para los más pequeños.
La administración es por vía oral y, a diferencia de otros recursos sintéticos, no se han observado efectos de dependencia ni reacciones al suspender su uso, lo que permite un acompañamiento prolongado si es necesario. No está indicada en menores de tres años, etapa en la que el organismo aún está desarrollando su equilibrio interno y requiere otros cuidados más sutiles.
Comentarios
Publicar un comentario